De regalos, obsequios y otros demonios
Después de que un amigo (si tú Rul) me dijo que habìa valido con su chava porque la muy pérfida iba a regresar con su ex y que le habìa regalado un estetoscopio (okk!!!), me puse a pensar en los peores regalos que me han dado. Cómo olvidar mi sonrisa congelada y mis manitas deteniendo aquellos presentes después de desenvolverlos, y ya saben, el tan educado y cortés "GRACIAS, ESTÁ... PADRÍSIMO" Y si, la verdad es que ha habido graaandes sorpresas...
-Un canguro de peluche (neta, me cagan los peluches cursis, me dan ganas de patearlos ¿por qué a nadie se le ocurre regalarme si van a andar en el mood peluchesco, no sé, un Lucas comegalletas, o un Godzilla así bien malvado, ¡cómo un canguro!... chaaaaa)
-Un playera con estampado vistoso que dice "ACAPULCO". Sin palabras. (Bueno, podría ser peor, decir OAXTEPEC o CLUB AMÉRICA)
-Un llavero de Durango con un alacrán adentro (pero bueno, me lo trajo mi hermanito, dice que allá es lo único que hay, de cualquier manera está horrible)
-101 maneras de preparar chiles rellenos. Si, leyeron bien, el título de un libro que me regalaron en el intercambio de navidad. Soberbio.
publicadas por La Zona del Silencio @ 1:08 a.m.
2 Comentarios:
jajajajaja no mames super cura jajajaja
ya ni llorar por esos regalos... pero me la mato el que te dio una playera de acapulco... jajajajaja
Por lo general los regalos vienen de la mente que los entrega, no de quien los recibe, es por esto que siempre hay que ir preparando esa sonrisa "polite" y saber esconder en el brillo de los ojos la decepción anticipada... claro que nunca está de más circular una mesa de regalos para la siguiente festividad.
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